Entrada destacada

jueves, 6 de marzo de 2014

¿Crees que la herencia contribuya con los problemas de alimentación?

De herencia: una obesidad genética

Probablemente la relación entre genes y nutrición sea uno de los temas que más posibilidades de futuro presentan, es imposible abarcar la cantidad de interrelaciones que hay entre nuestra programación genética y la alimentación. Estos fenómenos se dan en una doble dirección: la Nutrigenética (¿cómo influyen nuestros genes en la respuesta que tenemos frente a los alimentos?) y la Nutrigenómica (¿cómo influyen los alimentos en la expresión de nuestros genes?).
Las frases “esto a mí me engorda”, “tengo un amigo que come lo que quiere y no gana peso”, “me es imposible adelgazar”… aunque no son ciertas es sí mismas, tienen en ocasiones mucho fundamento, porque ninguna persona responde de la misma manera ni a un alimento (ni a un fármaco, ni a nada).

Y es que en este caso, la obesidad es una enfermedad en la que se juntan factores ambientales (lo que comemos, nuestro gasto energético…) y factores genéticos. Para desarrollar un fenotipo obeso, es necesaria una sinergia entre estos pilares.
NADIE ES INMUNE A LA OBESIDAD, Y TAMPOCO SE ESTÁ CONDENADO A PADECERLA. Al fin y al cabo vendrá determinada por un balance energético. No puedes engordar si comes menos energía de la que gastas (pura termodinámica) pero sí puedes almacenar más cantidad de energía que otra persona con un mismo alimento. Todo por predisposición genética.
¿Cómo puede influir la genética en la obesidad?
Es sencillo,  cualquier cambio-mutación-polimorfismo de un gen que influya por ejemplo en el metabolismo energético, el almacenamiento de grasa corporal, apetito, saciedad… podrá influir. Y como en la nutrición intervienen una cantidad tan compleja de interacciones, se propicia que pequeñas modificaciones genéticas (polimorfismos) puedan tener repercusiones en lo que “expresamos”, en este caso una obesidad.
Influencia en el hambre y la saciedad
Se puede dar predisposición genética a la obesidad si tenemos una regulación que nos conlleve un mayor apetito o umbrales de saciedad mayores.  Modificaciones en la expresión genética de Leptina (LEP y LEPR), Neuropéptido Y (NPY), Receptor de Melanocortina (MC4R) están relacionadas con estas alteraciones.
Genes que también regulan estos aspectos serían MSH, AGRP, CART… entre otros.
Influencia en el gasto energético
En este sentido podemos encontrar ejemplos en personas que tienen una termogénesis reducida, lo que conllevaría un menor metabolismo basal, traduciéndolo en personas que “gastan menos energía” de forma basal.
Los mejores ejemplos en esta parcela serían las proteínas desacopladoras de la termogénesis (UCP) y gen ADRB.
Influencia en la adipogénesis y lipolisis
Esto se referiría a modificaciones genéticas a la hora de “quemar” y almacenar grasa. Hay personas que tienden a desarrollar un fenotipo obeso por estos motivos.
Los culpables que están en el punto de mira son PPARG, TNF, FABP…
Estas evidencia indican “predisposición” a una obesidad, que la mayoría de las veces es poligénica (producida por varios de estos genes), aunque hay excepciones monogénicas.
Opinión:
La herencia si tiene que ver con los problemas alimenticios, ya que la herencia es la genética, y la genética puede hacer el almacenamiento de grasa corporal, apetito, etc. La herencia puede llegar a dar problemas alimenticios, si es que estás enfermo especialmente. El principal problema que ha tenido que ver la herencia es la obesidad, ya que una mala alimentación puede hacer mal al cuerpo, volviéndolo lento y con dificultades de poder levantarse, sentarse y demás, dependiendo la cantidad de peso que tenga la persona. Las enfermedades también han sido un factor que afecta a la alimentación, porque cuando una persona llega a enfermarse, los doctores han llegado a prohibirle al enfermo alimentos como carnes o lacteos, ya que estos alimentos son importantes para el cuerpo, en caso de los lácteos, dan minerales, proteínas y vitaminas, y las carnes, nutre al cuerpo con proteínas, grasas y minerales, aunque le permita darle frutas, verduras, cereales y dejar que beba agua, pero es fundamental también los lácteos y carnes.

Conclusión:

La herencia si contribuye en los problemas alimenticios, siendo un punto para los problemas de sobrepeso y enfermedades.

sábado, 8 de febrero de 2014

La alimentación y salud


La alimentación es la ingestión de los alimentos por parte de los organismos para proveerse de sus necesidades alimenticias, esto con la finalidad de obtener energía y desarrollo del cuerpo.
Todo ser vivo necesita alimento para vivir, como los carnívoros que necesitan devorar a su presa y comerse su carne, los herbívoros que necesitan comer plantas, detritívoros que necesitan comer restos fecales de otros animales, los omnívoros que comen tanto del animal como del vegetal, entre otros tipos de animales que comen de algo o alguna especie.

Una buena alimentación contribuye a tener salud y bienestar.
La alimentación es importante para la aportación de nutrientes. Los nutrientes son esenciales para que puedas realizar funciones vitales, y gracias a los alimentos que comemos en el organismo tenemos toda la energía que necesitamos.
Esta energía se encuentra en forma de calorías contenidas por los nutrientes de alimentos (Carbohidratos), presentes en los cereales y legumbres, en las grasas y en rara vez en carnes y frutos secos. Cuando mayor sea la ingestión de este tipo de alimentos mayor será el valor energético de la dieta.

Una buena alimentación hace a que tu cuerpo tenga nutrientes y esté en buenas condiciones, en caso contrario de que te alimentes con comida poco nutritivas, estás en riesgo de sufrir enfermedades graves y a ser una víctima más de la obesidad.

La obesidad es una enfermedad crónica el cual se caracteriza por acumular excesiva grasa o el crecimiento de las fibras musculares del tejido adiposo, y esto suele ser muy riesgoso para la vida de la persona que lo padece, puesto a que está en riesgo de sufrir hipertensión, diabetes, riesgos quirúrgicos y obstétricos, y en ocasiones sueles sufrir males en el corazón y los pulmones.
El índice de mortalidad aumenta en proporción con el grado de obesidad, pesos relativos de un 30% mayor a lo normal, se acompañan con un aumento de mortalidad de un 35%, y si llega a la mitad esto suele incrementar a ser doble de mortalidad.

La obesidad es un problema serio que puede llegar a ser
riesgo para la salud
En México, el sobrepeso afecta a un 70% aproximado de adultos mexicanos. Siendo una prevalencia combinada de sobrepeso de un 73% para las mujeres y un 69.4% para los hombres. Mientras que en los adolescentes, el 35% presencia obesidad.

Una buena alternativa para solucionar los problemas de obesidad es no solo hacer ejercicio, si no también comer alimentos de forma adecuada y cuando se pide, para así tener una buena alimentación y una vida por delante lejos de las enfermedades y males.
Así que, trata de no limitarte a comer solo comida chatarra a cada rato, también trata de controlar tu sistema de comida y come alimentos que te hacen bien, como las frutas y verduras, los cereales y algunos tipos de carne.